14 enero 2007

INCITAR A PENSAR. Respuesta a “¿Dónde estamos?” de Miguel Amorós.

Donde no hay teoría revolucionaria no puede existir práctica revolucionaria. Ante esta ausencia, cualquier idea mediocre cubierta con el lenguaje apropiado, al no encontrar oponente, puede pasar por una verdad novedosa a los ojos de aquellos que aspiran a cambiar el mundo sin conocerlo bien primero, con todo el peligro que eso supone. Este es el caso, a mi juicio, del pensamiento de Miguel Amorós, ampliamente difundido por todo el país en libros y folletos. Lo que aquí se pretende es precisamente demostrar que su crítica no sólo no es revolucionaria, sino que carece además de un análisis histórico sólido, piedra angular de toda crítica revolucionaria al capitalismo; para ello se va a someter a un ligero estudio el texto ¿Dónde estamos? Contribución al esclarecimiento de algunos aspectos de la acción durante los malos tiempos (1998), que, a pesar de su antigüedad, contiene ya las directrices básicas de su teoría, a saber, “la disolución del proletariado como clase social” y lo que llama “la autonomía de la técnica”. No pienso que sea muy riguroso considerar el contenido del texto a la luz de las tareas a las que aspira en su título. (Texto íntegro en "Textos adjuntos").