LAICISMO, MULTICONFESIONALISMO Y SUPERCHERÍAS VARIAS
El laicismo, mentira de la izquierda.
Publicado por Prometeo Encadenado
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PROLETARIOS INTERNACIONALISTAS
Por un frente único proletario de lucha
25 marzo 2006
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TOLERANCIA Y LAICISMO
1. La tolerancia no es una "virtud cardinal" que enaltezca al tolerante, ni nada por el estilo, sino más bien una característica pasiva en la que nada tienen que decidir los agentes tolerantes o intolerantes: a la manera en que nuestro organismo es tolerante con la carne cocinada y no lo es tanto con la carne cruda, por ejemplo. De hecho, la tolerancia es, etimológicamente, la tolerancia del rey o del señor con el comportamiento agitado de los villanos, cuando éste no suponía ningún problema para el orden del feudo. De este modo, la tolerancia con comportamientos incompatibles desde su base con el tolerante, es, simplemente, un absurdo práctico, un comportamiento de imbécil.
2. Si el laicismo presumiblemente ha desplazado los criterios de conducta del plano religioso, es decir, si un Estado laico es aquel que ha abandonado toda "confesionalidad", y dejado libertad de creencia religiosa a sus ciudadanos, entonces es de suponer que en todo el abanico de posibilidades "confesionales" no cabe ninguna práctica incomplatible con el plano al que se haya desplazado todo criterio moral. No se trata de que la ablación, por ejemplo, sea incompatible con una "conducta católica", sino de que sea incompatible con cualquier conducta racional. Habrá que medir con cautela la tolerancia ejercida desde el laicismo: es así que podrá ser tolerante con toda forma religiosa de estructura análoga al "teísmo", en la que cada uno tuviera sus propias convicciones escatológicas sin que ello interfiriera en el curso político regido por la "razón". Un gobierno que se considerara laico y tolerara formas religiosas cuyos ritos trascendieran la esfera de la vida privada (y el maltrato a la mujer, o terrorismo de pareja, lo trasciende -pobre de aquél que no entienda esto), es un gobierno imbécil, según lo expuesto en 1.
3. Es decir: que el supuesto laicismo progre de hoy por hoy no es ni laicismo (que, "sensu stricto", aún es tolerable): es, como mucho, anti-catolicismo. De todas maneras, sólo cabe una posición acertada con respecto la religión: el ateísmo.
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